Tuesday, September 25, 2007

delivery antigripal.


una vez estaba preparándome para una velada dedicada a la poesía, con proyección de diapositivas en pantallas múltiples y música electrónica que había compuesto con cinta magnetofónica para esa ocasión. pero durante las excesivas horas dedicadas a los ensayos en la semana anterior, conseguí pescar una laringitis, y en la mañana del día de la acutación me desperté con la voz estropeada y alta temperatura. estaba decidido a cancelar la velada, pero finalmente decidí que eso no sería divertido. lo que hice fue abandonar mi consagración a mi música, y apoderarme del sistema de sonido para usarlo como p.a. [altoparlante]. me senté en un viejo sillón de ruedas de mimbre y grazné delante de un micrófono. mi voz baja, fantasmal, obsesiva, ahora que estaba modificada, se convirtió en un instrumento con cualidades que me sorprendieron totalmente, liberándome hasta encontrar una profundidad insospechada en mi propia línea poética.

stephen nachmanovitch, free play. cap. x, "el poder de los errores".

no soy la única. ni siquiera lo supongo; lo sé positivamente.

el finde anduve haciéndole el aguante a mi muchacho, y ahora caímos varios detrás de él. uno es gonzo, el bajista de su banda; la otra soy yo. mi estado laríngeo-nasal de este momento es un poroto al lado de aquella vez del tema de manu chao, así que imagínense....

pero como insinúa el bueno de mr. nachmanovitch (cuyo libro recomiendo ampliamente para cualquier músico, sin importar las horas de vuelo), hay que aprender a sacar lo mejor de cada situación.

hoy me quedé en casa, no di una sola clase, así de arruinada estoy. dudé mucho antes de sentarme y armar el piano y el mic y la interfase y toda la ensalada. pero creo que no fue en vano; el tema era ideal para un momento como éste. no sólo por el tema en sí, sino por algunos eventos que andan sucediendo a mi alrededor, relacionados con él.

justamente hace unos días terminé de leer otro libro muy pero muy recomendable, llamado 31 songs, escrito por nick hornby (el mismo que escribió high fidelity), en el que habla un poco -entre otras tantísimas cosas- de la dicotomía "poesía-letra de canción", hasta dónde llega cada una de ellas, y cuán valioso o necesario es ponerle música a una poesía o pensar directamente en una letra que acompañe los sonidos. oppiamente, cuando habla de esto, menciona obligadamente al tío zimmerman. y opppppiamente, situada como estoy en el dilema hamletístico de "to songrwite or not to songwrite", intenté absorber hasta el menor de los signos de puntuación de lo escrito por el amigo hornby, a ver si me tiraba una soga élfica para salir de los death marshes de la creatividad.

todavía sigo un poco empantanada. pero, por otro lado, esto me ayudó un poco a entender al tío robert, un tipo al que (al igual que lou reed) nunca le di mucha bola, simplemente porque soy infinitamente más amante de la música que de la poesía. en mi opinión, la poesía no tiene nada que ver con poner un grupo de palabras en verso y estructurarlas de una manera más o menos rígida, nonononono. para mí, la poesía tiene que ver con la sonoridad de las palabras. hay poesías maravillosas disfrazadas de prosa o de obra de teatro... sino mirá shakespeare (en inglés) o federico garcía lorca. para mí, esos tipos le encontraban la música a las palabras, por eso eran verdaderos poetas (y esto va a traer una discusión de las que a mí me gustan.... yay!!!).

anduve escuchando el tema para el delivery durante toda la semana pasada, en algunos tiempos muertos entre clases, y me trajo un montón de cosas a la mente: un tema de sheryl crow que se llamaba i shall believe, que en aquellos tiempos noventosos me encantaba y que era de los pocos que me parecían buenos en un disco que todos se compraban por "all i wanna do...is have some fun", el cual, por supuesto, detestaba con pasión; walk on the wild side, por la progresión casi igual (y que me hacía cantar permanentemente cosas como "but she never lost her head, even when she was giving head she said hey babe....!" cada vez que lo recordaba, y ahora agradezco a los dioses paganos que ninguno de mis alumnos me escuchó cantarlo porque me hubieran preguntado qué decía la letra y ahi estaba en el horno maaaaal); y la indignación suprema al darme cuenta de que joaquín sabina le afana descarada, obscena, flagrante, alevosa y escandalosamente a zimmerman (a este tema le ponés la letra en castellano, así traducida literalmente, y la cantás exactamente con la misma voz, y es un sabina de pura cepa!). y no sé qué me indigna más; si darme cuenta de este afano, o haberme dado cuenta tan tarde. sunescán, daluna buso!!!

y así llegamos a hoy, con gripe, aliens mucosos, laríngeos y respiratorios, y una voz ultratumbosa que me hizo acordar a esto que escribía stephen nachmanovitch. qué condiciones pueden ser mejores para cantar a bob dylan?

lo que sí no me puedo acordar (juro que es la gripe, demencia senil todavía no, por favor!) es quién me pidió el tema. agh. bueno, para quien lo haya pedido, aquí va el primer dylan de mi vida... most of the time.

atchooooo!!!!!



update: tucho, eras vos el que había pedido el tema? agh agh! :P

2 comments:

santiago segura said...

Sí, fui yo! Buenísimo!
Me tengo que ir, pero después lo escucho y te digo (y leo bien el post ya que no tuve tiempo ni de eso).

santiago segura said...

Espectacular adaptación femenina a la voz de Dylan!
Creo que la gripe ayudó mucho, pero igual te faltó alguna de esas desafinaciones lindas que se manda el Bob (jeje).
Ya me recomendaron unas cuantas veces "Free play". Me veré obligado a comprarlo, entonces.

Beso y gracias por hacer la canción (era cuestión de insistir, nomás).